lunes, 16 de enero de 2012

LOS VALORES DE LA NAVIDAD, por MARINA LóPEZ SOBRINO

Había una vez,  una familia. La madre, estaba en paro, el padre también, y el hermano mayor no tenía trabajo. El abuelo, llamado Victoriano, vivía con ellos y estaba jubilado.
Un día la hija pequeña llamada Eva, estaba triste y su abuelo le dijo: - Hija, ven aquí y siéntate en mi regazo.
Eva fue con su abuelo y se sentó sobre sus rodillas.
El abuelo le preguntó: - ¿Qué te pasa?  ¿Por qué estas así?
Eva, le respondió: - No lo sé, pero no es así como yo recordaba las Navidades el año pasado.
A Eva se le escurrían las lágrimas por las mejillas.
Ella le pregunto a su abuelo: - ¿Cómo eran tus Navidades cuando eras como yo?
El abuelo respondió: - ¿Mis Navidades? Mis Navidades eran muy distintas, te contaré una historia.
Antes, todos los días, nos tirábamos horas y horas trabajando en el campo, para que luego nos dieran  dos pesetas. Mis Navidades eran, juntarse con la familia, hablar, reír y cantar villancicos todos juntos, pero nosotros no teníamos Reyes, ni polvorones, ni  nada de todo eso. Las mujeres  cocinaban pescado, y era lo único que comíamos, y lo que bebíamos era agua, un simple vaso de agua, y así eran  mis Navidades de pequeño. Pero aún teniendo poco, disfrutábamos mucho de ello.
El abuelo le dijo: - Disfruta de lo que tienes pequeña,  no desperdicies el momento.
Eva le respondió a su abuelo: - Lo haré abuelo, lo haré. Disfrutaré de lo que tengo.
El abuelo y Eva, se rieron un rato.
Llegó el día de Navidad, 25 de Diciembre.
Toda la familia, estaba en casa de los padres de Eva, estaban reunidos riendo y cantando villancicos.
Eva buscó a su abuelo y le dijo: - ¿Por qué no estás con la familia?
El abuelo le respondió: - Porque quería que vinieras a buscarme, yo ya te estoy dando mi regalo.
Eva le dijo:- Gracias abuelo.   
Los dos juntos cogidos de la mano fueron con toda la familia. Eva le dio un fuerte abrazo a su abuelo, y se dio cuenta de que ese es el VERDADERO VALOR DE LA NAVIDAD.

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