martes, 13 de noviembre de 2012


EL CUENTO DE LOS LUMPAS
Lorena es una chica de 12 años. Sus padres y su hermano se habían ido de viaje y estaba sola en su casa.
-       Que aburrimiento -decía una y otra vez-.
¿Qué puedo hacer? -pensó-. No hay nadie en el chat, no está mi hermano para jugar con él y en la tele solo hay culebrones, ¡ya se!, leeré un rato. Se fue a su habitación y saco de su mochila el libro que le habían mandado leer en el colegio. Mientras leía oyó una voz:
-       ¡Eh!, Lorena… -miró a un lado y no había nada, miró al otro y tampoco había nada-.
-       ¡Eh, aquí abajo! -volvió a oir-.
Lorena encontró en el suelo un duendecillo….
-       ¿Qué quieres, duendecillo?
-       No soy un duendecillo -respondió muy ofendido- soy Lumpi, de la tribu de los Lumpas.
-       ¿Y qué quieres…?.
-       He venido a que me ayudes a liberar a mi tribu…
-       ¿Qué?...
-      Si, verás, tu padre empezó a escribir hace tiempo un cuento, te explicaré de qué iba: “Los Lumpas, vivían felices con su rey, pero este decidió darle el puesto a su hijo, que soy yo. Cuando me iban a coronar, llegó a nuestro pueblo otra tribu, la de los Umpa, que tomaron las riendas del lugar y su líder, Umpi, se coronó rey.” Como tu padre, no terminó el cuento, nos siguen tiranizando y obligando a trabajar para ellos. Necesitamos que tu padre termine el cuento para poder liberar a mi pueblo.
-       Pero…es que mi padre no está -dijo Lorena- se marchó de viaje.
-       Bueno, pues entonces, termínalo tú.
-       ¿Yo?..¿dónde está el libro?
-       Está en la estantería del desván.
-       Pues vamos allá….a ver, a ver… ¿dónde puede estar?...¿De qué color es?
-       Marrón -respondió Lumpi-.
-       Ah, ya lo encontré, volvamos a mi habitación y allí lo terminaré.
Un día -empezó a escribir Lorena- entró sin ser visto Lumpi y atacó a Umpi por sorpresa.
Empezaron a luchar con sus espadas y Umpi se subió a un balcón para que no le diera,
pero perdió el equilibrio y cayó, muriendo en la caida. Tras esto, Lumpi fue coronado rey y
los Lumpas fueron felices para siempre.
-          ¡Ya está! -gritó Lorena- ya lo he terminado.
-          Pues vaya un final más chapuza –dijo Lumpi.
-          Lumpi, no seas desagradecido…
-          Está bien, sólo era una broma, muchas gracias, ¡adiós! –y Lumpi desapareció.
Lorena, siguió leyendo y por increíble que parezca, no le extrañó nada de lo ocurrido.
Autora: Celia Rivero Ruda.